En el mediodía de ayer, la mujer que logró vencer el miedo luego de haber sido abusada sexualmente por su padre durante más de 20 años, y haber resultado madre siete veces de hijos de él, prestó declaración ante el fiscal Marcelo Gutiérrez del Barrio, en la causa penal que comenzó con su denuncia formal. A diferencia de la vez anterior, concurrió sola, mientras su madre, que antes la había acompañado a radicar la causa, ante medios locales se dedicaba a culparla de haber seducido y provocado sexualmente a Armando L. A cinco días de que el caso viera la luz pública, y luego de versiones que insistían en que la denuncia penal formalizada por su hija el viernes no había sido la primera en llegar a la Justicia, un fiscal ordenó investigar posibles incumplimientos de funcionarios públicos, razones de las demoras y omisiones, además de preservación de los posibles archivos. La decisión sobrevino el mismo día en que Ariel Bueno, antiguo vecino de la familia L. en la circunscripción Cuarta, ratificara pública y judicialmente haber realizado formalmente la denuncia sobre las situaciones de abuso en 2003. El silencio, en cambio, es absoluto en torno de M., la hija del primer matrimonio de Armando L. que el lunes, en una entrevista con un diario local, afirmó que ella y dos de sus hermanas habían sido violadas por el acusado en 1977. Personas vinculadas con el proceso que precedió a la radicación de la denuncia se encuentran, desde hace dos días, buscando contactarla pero sin éxito.

En las calles de la capital provincial el caso es tema obligado de conversaciones casuales y no tanto, preside las tapas de todos los diarios locales y monopoliza los informativos radiales y televisivos. Mientras continúa vigente la orden de la jueza Elsa Galer, de no revelar datos de la familia, los debates del día se centraron en las condiciones de seguridad del acusado en la Casa de Piedra, el penal de Boulogne Sur Mer, en la eventualidad de un suicidio y las alternativas que no dudó en comentar a la prensa el subsecretario de Justicia, Sebastián Godoy Lemos.

Las instrucciones impartidas por el fiscal de cámara Francisco Javier Pascua al fiscal de instrucción de la Unidad Fiscal de Capital indican que en lo inmediato “tiene que armar una causa y recopilar en ella el material necesario: si hubo denuncias, si se activaron esas denuncias, si esa causa cuenta con elementos de prueba y también averiguar cuáles fueron las razones de la demora, así como resguardar los archivos que puedan existir”, explicó Pascua a Página/12. La promoción de la investigación se sustenta en los datos que tomaron estado desde el viernes; “Leí, vi, escuché, pedí que esto se investigue”, dijo Pascua, quien insistió en la importancia de no dejar de lado la omisión de la acción de la Justicia por lo menos desde 2002 hasta 2009. “Es tiempo de que alguien responda”, continuó, por lo que la investigación abarcará a todos los funcionarios que hubieran intervenido en la causa, así como a los procedimientos realizados y omitidos.

La especulación mediática, por otra parte, prefirió el ámbito penitenciario, luego de que por la mañana, en un pabellón vecino al que aloja a Armando L., apareciera ahorcado otro preso en su propia celda. El hallazgo del cadáver se realizó cuando los oficiales fueron a buscarlo para llevarlo a una audiencia judicial que definiría su situación procesal. El hombre tenía 55 años y estaba acusado de haber violado a su madre.