Hasta 1993, se analizaba la sangre de todos los varones susceptibles de ingresar al servicio militar para saber si eran o no portadores del Mal de Chagas. “Si bien la muestra tenía cierta limitación porque sólo se examinaba a hombres de cierta edad, el estudio alcanzaba a todas las provincias –reconoce Ruiz–. Esto nos permitió extrapolar los resultados y afirmar que teníamos 2,3 millones de infectados.”

Sobre la posibilidad de actualizar estos datos el investigador adelanta: “Durante dos años hicimos un diseño estadístico para un estudio de prevalencia y obtuvimos un mapa que determina cuántas personas necesitamos analizar por provincia. Ya establecimos el costo y el estudio ha sido aprobado por el Ministerio de Salud de la Nación.”

“Para realizar una nueva encuesta de seroprevalencia nacional, sólo falta articular este trabajo con la red de laboratorios del país que nos permita conocer el número de infectados con el Mal de Chagas en Argentina”, explica.

Según el especialista, “entre un entre un 20 y 30 por ciento de los infectados tiene una incapacidad laboral importante”.