SOCIEDAD
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“En nombre de Dios”
La comida es escasa en Olmos, salvo –al parecer– en los llamados “pabellones evangélicos”, donde las normas las imponen los “pastores” en “el nombre de Dios”. Ni los guardias pueden intervenir. En el fallo del juez Juan Carlos Sorondo hijo se deja sentado que la situación se advierte con mayor nitidez en el cuarto piso del penal. La religión se convierte “en un instrumento de sometimiento y control hacia otros internos, que buscan estar ahí por un mínimo de seguridad”. Los “siervos” del señor, que tienen el control, “exaccionan todo el alimento que los familiares les llevan” a los internos sometidos al yugo de los “evangélicos”.
La situación fue denunciada ante la Subsecretaría de Política Penitenciaria bonaerense y “estaría en vías de solución”. Lo cierto es que, por ahora, los propios guardias se limitan a decir que les consta que “la comida llegaba suficientemente al pabellón, ignorando qué ocurre una vez ingresada”. Para Sorondo, la situación planteada “evidencia el déficit de la autoridad legítima, obligada a ceder espacio a estos grupos intermedios como único medio de mantener un orden elemental”.
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