Desde Ciudad de Guatemala

Embarazos virtuales y adopciones de bebés electrónicos: ésta es una de las estrategias que se promueve en Guatemala para que las y los adolescentes retarden el inicio sexual o se protejan en sus relaciones con el propósito de disminuir el alto índice de embarazos tempranos que hay en el país. La iniciativa es parte de los programas educacionales vivenciales que lleva adelante Aprofam, una organización que desde hace más de cuatro décadas provee servicios de salud sexual y reproductiva a través de 28 clínicas distribuidas en todo el territorio guatemalteco.

La propuesta consiste en ofrecerles a jóvenes experimentar un embarazo en el último trimestre, a través de un chaleco y otros implementos que ayudan a lograr cambios en la imagen corporal, permiten sentir signos y síntomas parecidos al de una gestación, como náuseas y mareos y el movimiento fetal, explicó a Página/12 la médica Olga García, directora de Aprofam. Los chalecos tienen senos prominentes y vientre abultado y pesan unos 13 kilos.

La entidad ofrece además la posibilidad de que las y los adolescentes se lleven por un fin de semana a un bebé con un chip electrónico que se programa y llora, se puede despertar a la madrugada, pide cambio de pañal, se queja porque quiere eructar o tiene gases, tose, se molesta o se ríe. Quien lo adopta virtualmente debe responder a sus demandas. “Incluso puede morirse si es maltratado”, explicó Marueles Macal, del departamento de Servicios Integrales para Jóvenes de Aprofam. “Apuntamos a que piensen en la responsabilidad que significa tener un hijo y si están preparados y quieren asumirla. Previamente trabajamos con el proyecto de vida que tiene cada adolescente”, agregó.

“Lo más frecuente que escuchamos es: ‘Me gustó la experiencia pero no estoy preparado y me va a costar más mi proyecto de vida’. Se dan cuenta de que su proyecto puede truncarse con una maternidad o paternidad temprana”, señaló García. La organización expuso su proyecto en uno de los stands del V Congreso: la presencia de dos bebés electrónicos, que cada tanto lloraban, y del simulador de embarazo generaron mucha curiosidad entre los concurrentes.