Desde hace un año, un cartel instalado en la entrada al pueblo invita: “Visite General Villegas, la ciudad del escritor Manuel Puig”. Fue una iniciativa de algunos vecinos, avalada por el actual intendente Alegre. En 1974, cuando se estrenó la versión cinematográfica de Boquitas Pintadas, dirigida por Leopoldo Torre Nilson, su exhibición en General Villegas fue prohibida, al parecer por presión de la Iglesia local. Algunos vecinos fueron a verla a pueblos cercanos, como Piedritas o Ameghino. En 1974 se vivía en democracia y con cierta apertura para ver films censurados durante la dictadura militar que comenzó en 1966 con Juan Carlos Onganía y terminó en 1973 con Alejandro Lanusse.

Los libros de Puig, quien vivió aquí hasta los 13 años, no se vendían en los negocios locales. Ahora se los encuentra con facilidad. Dardo Pinedo, quien junto con su mujer hacen teatro y participan en murgas donde se recrea la obra de Puig, advierte que ese silencio llega a muchas otras cuestiones. “Mi hermano Mario está desaparecido desde 1976. Lo secuestraron en La Plata porque trabajaba en los astilleros de Río Santiago. Nunca nadie me preguntó por él, para saber qué le había pasado. Mi hermano era muy conocido porque había sido jugador de fútbol en el Club Sportivo. Nadie nunca me preguntó nada.” Recién ahora, junto con otros familiares de desaparecidos, se está hablando del tema. Son cuatro los desaparecidos denunciados hasta ahora, incluyendo el hermano de Dardo, y se cree que habría otros dos. “Esperemos que lo que está pasando hoy nos sirva para reflexionar”, concluye Dardo Pinedo.

Hay algún indicio positivo. Un restaurante inaugurado en 2007 que se llama Luscofusco (en gallego define el momento del día en el cual el atardecer se va fundiendo con la noche) pasaría a llamarse Boquitas Pintadas. El dato saliente es que sus dueños son parientes de uno de los personajes que Puig puso al desnudo en su novela.