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El susto del barrio
La explosión no pasó inadvertida para el barrio, poco acostumbrado a los sobresaltos, pero tampoco hizo que los vecinos salieran de la seguridad de sus casas para enterarse de dónde venía el ruido. Apenas habían pasado las cinco de la mañana cuando estalló el explosivo en casa de los hermanos Conzi, ubicada en un barrio de grandes chalets rodeados de parque y árboles inmensos donde cada 100 metros hay por lo menos una garita con custodia privada. A pesar de estar a 20 metros del Acceso Norte, a la altura del barrio La Horqueta pero del otro lado de la Panamericana, el ruido de la autopista no alcanzó a tapar el estallido ni las sirenas que le siguieron.
“Se escuchó una explosión muy fuerte y después ambulancia y bomberos. En ese momento mi hija volvía de trabajar y llegó impresionada por el ruido que hizo”, contó ayer Beatriz que vive a unas dos cuadras de la casa de los Conzi. En tanto, otros vecinos coincidieron en que el ruido no correspondió con los daños causados por la bomba. “Fue impresionante, yo salté de la cama asustado”, relató Héctor y agregó: “Este es un barrio muy tranquilo, yo vivo acá desde el ‘68 y nunca pasa absolutamente nada. Es muy seguro y la gente vive puertas para adentro pero desde que estos dos llegaron siempre hubo conflictos”, señaló ayer el hombre detrás del portón de madera de su casa, ubicada detrás de la propiedad de los Conzi.
Con pocas calles asfaltadas, el barrio que los propietarios de Dallas eligieron para vivir está emplazado en una zona de viejas casaquintas en Boulogne donde lo que sobra es la seguridad. Sin embargo, los hermanos protagonizaron varios encontronazos cuando intentaron en varias ocasiones cerrar la calle de su casa y colocaron una garita de seguridad en la puerta de su propiedad. Ayer, cuando el explosivo detonó en la ventana de la casa de Santa Rita 1536, como desde hace varios meses, la garita estaba vacía.
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