El caso de Tolosa que desató la polémica curiosamente funcionó dentro de los pasos que ordena la Ley de Responsabilidad Juvenil bonaerense y no existió, como reclamaron diferentes voces de la oposición, un vacío legal, como tampoco de-sentendimiento de la Justicia respecto del chico inicialmente detenido y luego internado en un centro terapéutico marplatense bajo la órbita de un juez de Familia. También, llamativamente, la madre del hombre asesinado, Adela Aranda, pide que no “quiero que se pudra en la cárcel sino que sea rehabilitado porque es un ser humano”. Curiosamente, el ministro de Justicia bonaerense, Ricardo Casal opinó: “Cómo explicarle a Adela que ese chico que vive a la vuelta de su casa, que está en un estado complejo porque tiene una adicción, que haya matado a su hijo y que la semana que viene esté nuevamente armado”.

En la causa 06-00-002039-11, caratulada como “XX homicidio en ocasión de robo” sobre el crimen de Fabián Esquivel, la fiscal Mercedes Catani, del fuero de Responsabilidad Juvenil, ordenó una serie de pruebas, entre ellas el análisis de manchas hemáticas en una remera que supuestamente llevaba puesta el chico detenido. Pasaron por la fiscalía varios testigos, entre ellos dos o tres que pidieron no revelar su identidad.

El juez del fuero Juvenil 2 de La Plata, Fabián Cacivio, más allá de que rechazó el pedido de la defensa para participar en ciertos actos por cuestiones de urgencia procesal, negó el pedido de la fiscal Catania que el adolescente fuera detenido en términos penales. No quiere decir que haya liberado al chico con el clásico periodístico de la puerta giratoria, sino que receptó favorablemente el hábeas corpus presentado por el defensor oficial Ricardo Berenguer, dispuso la libertad del chico en relación a la causa penal pero simultáneamente dio intervención al Servicio Zonal de Promoción y Protección de Derechos del Niño, para incorporar al chico a una comunidad terapéutica cerrada, y abrió a la intervención del juez del Tribunal de Familia 2, José Luis Bombelli.

En el mismo sentido, llamativamente, Adela Aranda sostuvo que “no quiero que se pudra en la cárcel porque es un ser humano”. También llamativamente, pero en otro sentido, Casal tergiversó los datos y dijo que “cómo explicarle a Adela que el asesinato de su hijo no tiene juicio, no tiene causa”, y se preguntó “cómo explicarle que ese chico que vive a la vuelta de su casa, es un chico que necesita tener un resguardo, no digo que se llame prisión, un resguardo tutelar para que con sus apenas 15 años pueda reencauzar su actitud”.