Antes de la implementación del sistema de lanchas recolectoras de residuos de la empresa Recolectora del Delta, algunos isleños contrataban a una persona para llevar los residuos fuera de la isla. Uno de esos recolectores es Cristóbal Almada, que recorría los arroyos del Delta cargando las bolsas negras desde el Paraná hasta el Club Naútico San Isidro. “Entraba a los arroyos no navegables, levantaba el motor, y en las casas de la isla yo me bajaba y retiraba las bolsas. Con lluvias, heladas, frío, salía igual”, contó. En otro camino estaba Alvaro Silveira, que hace 18 años brindaba el servicio de recolección. “Me prohibieron seguir de forma particular. Me quedé sin trabajo, y la empresa no me absorbió”, relató. En tanto, desde el municipio, aseguraron que se hizo un “plan de incorporación” de esos recolectores, se invitó a la empresa a que los contratara y algunos “quedaron”, informaron desde Servicios Públicos.