En promedio, los turistas extranjeros que vienen a Buenos Aires y concurren a espectáculos de tango permanecen en la ciudad 5 días o más; la mayoría proviene de Chile, Estados Unidos, Francia y Grecia; prefieren concurrir a las milongas (38 por ciento) pero también asisten a shows (24 por ciento) y toman clases de tango (19 por ciento); predominan los visitantes de entre 31 y 45 años y los que no ahorran a la hora de hacer compras, en especial zapatos y ropa, pero también discos y libros. Los datos son el resultado de un estudio realizado por el Programa de Estadísticas e Impacto Económico del Turismo, que depende de la Secretaría de Desarrollo Económico porteña al que accedió este diario.
El estudio fue realizado entre julio y agosto de 2002, en pleno auge del turismo extranjero, producto de la devaluación del peso, entre 100 visitantes entrevistados en tanguerías y salones de baile. La tendencia se prolonga este año, que para las autoridades puede batir records: “Esperamos 2.500.000 turistas, un 30 por ciento más que en 1998, la marca mayor”, dijo Eduardo Hecker, titular de Desarrollo Económico.
Según el estudio, el mayor porcentaje de visitantes consumidores de tango proviene de Chile (18 por ciento), seguidos por los que llegan desde Estados Unidos (15 por ciento), Grecia y Francia (10 por ciento), Perú y Ecuador (9 por ciento) y España (8 por ciento). El 60 por ciento permanece en la ciudad cinco días o más, especialmente los que provienen de Estados Unidos y Europa. Y más de la mitad prefiere hospedarse en hoteles (52 por ciento), seguidos por los que optaron por casas de familia (29 por ciento).
En cuanto a las actividades realizadas, los residentes en Estados Unidos y Europa prefieren ir a las milongas (lo hacen entre el 40 y el 50 por ciento), mientras que los brasileños optan por las clases de tango (40 por ciento) y los shows (30 por ciento).
El 47 por ciento de los visitantes que concurren a tanguerías tienen entre 31 y 45 años; les siguen los jóvenes de entre 18 y 30, que representan el 34 por ciento. La gran mayoría hizo compras: el 29 por ciento gastó en zapatos, el 27 por ciento en ropa, y el 22 por ciento en discos y libros, lo que permite concluir que el tango es “un importante promotor del consumo”.