“Era una rareza, una desgracia atípica.” Así describió el abogado penalista Alejandro Aráoz Castex, amigo de María Marta García Belsunce, la noticia sobre la muerte de ella, luego de “caerse en la bañera”. Al declarar en el juicio sostuvo que, como tenía esa versión de los hechos, le molestó la actitud que tuvo, en el velatorio, el fiscal Juan Martín Romero Victorica. “Era como si estuviera en funciones, hablaba con uno y con otro. Me molestó ese rol protagónico, como si fuera un Sérpico.” Aráoz Castex aseguró que cambió de postura respecto de Romero Victorica cuando se enteró de que había sido un homicidio. De todos modos, no sospecha de la familia García Belsunce y sí, en cambio, de Nicolás Pachelo, el vecino del Carmel denunciado por robos y estafas.

“Tenía todo el aspecto de un homicidio seguido de robo”, afirmó el abogado, aunque tuvo que reconocer que no hubo ningún caso de ese estilo en el country. Después reconoció que Alberto “Tito” White le había comentado que Sergio Binello, uno de los seis imputados por el encubrimiento, le había pedido que “parara a la policía de cualquier manera” para evitar que ingresara al Carmel el día en que mataron a María Marta.