Ni todos los dispositivos para e-books son iguales ni todos abren las mismas puertas. Todos permiten conexión inalámbrica (por wi-fi) con las tiendas que los proveen, todos prevén descargas rápidas de los títulos seleccionados por el cliente (que los paga, claro, con una tarjeta de crédito asociada a su cuenta).

Pero aunque actualmente tienen más semejanzas entre sí que en los primeros años, cuando cada modelo era un mundo, los lectores de libros electrónicos varían de acuerdo con quien los haya ideado y quien los comercializa. Kindle, el primero en alcanzar el público masivo gracias a la llegada global de la intensa campaña de marketing del sitio amazon.com, que lo hace y vende, hoy puede conseguirse por entre 114 y 379 dólares. La diferencia económica, sensible si se quiere, depende de las prestaciones: Kindle es el primero de estos dispositivos en ofrecer claramente la posibilidad de que el cliente desembolse menos dinero a cambio de brindar parte de su amable atención a requerimientos varios de la empresa. Literalmente: los modelos más económicos presentan lo que la empresa llama “ofertas especiales”: puede tanto tratarse de publicidad como de sondeos de opinión. Se puede comprar por Internet y pedir envío a Argentina, por costos que hay que sumar al precio original (además de las cargas impositivas del caso). La pantalla es blanco y negro, pero lo más tentador es el catálogo al que da acceso inclusive desde Argentina: prácticamente todo lo que produce la industria editorial norteamericana, más diarios y revistas de distintas partes del mundo. Esas dos cosas lo diferencian de Nook, el e-reader de la megacadena de librerías norteamericana Barnes & Noble (barnes&noble.com): de precios similares, seduce con pantalla a color y tamaños algo mayores, pero la amplitud del catálogo varía de acuerdo con el país en que se encuentra el lector. Finalmente, Papyre, de la española Grammata, se comercializa directamente en tiendas de electrodomésticos (y en su sitio web: grammataargentina.com.ar), por precios que oscilan entre los 1199 y los 1799 pesos. El catálogo, a diferencia de los otros dispositivos, está en castellano; todavía es un poco restringido, pero todo indica que en cuestión de semanas tres grandes editoriales estarían cerrando un acuerdo capaz de cambiar eso.