Desde Salta

Un nuevo caso de violencia policial, en el marco de la investigación del doble crimen de las turistas francesas, fue denunciado ayer ante la Justicia local. El caso fue presentado ante el juez de la causa, Martín Pérez, por el abogado Marcelo Arancibia, quien representa a Daniel Octavio Vilte, uno de los siete detenidos por su presunta vinculación con el hecho. “Ayer (por el lunes) la policía ha ido a la casa en donde vive mi defendido, junto con su mujer, que está embarazada. Le patearon la puerta, que estaba con el candado puesto porque no había nadie, y le rompieron la casa prácticamente.” En el operativo secuestraron “un televisor que mi defendido, previamente, había aclarado que se lo había comprado su madre de crianza”. El abogado sostuvo que le pidió al juez “que evite la bestialidad”.

Arancibia dijo que le había planteado al juez que “así como no he recibido denuncias de mi defendida por maltrato en su detención, ahora le pido que todo procedimiento se haga en el marco de la ley, como debe ser”. Le pidió en forma expresa que “evite los atropellos, evite los gritos, evite los insultos y los daños, porque nadie está impidiendo que se haga el operativo”. Recalcó que es necesario que el juez “sujete un poquito a los policías”. Según la suegra de Vilte, tal como transmitió Arancibia, “de suerte no perdió el chico la mujer de mi defendido, por el disgusto que se llevó cuando vio la casa destrozada”.

La suegra de Vilte hizo llegar al juzgado la boleta de compra del televisor y el dato acerca de que fue un regalo que le hizo a Vilte su madre de crianza. El tribunal cree que la compra pudo haber sido fruto del robo sufrido por las turistas francesas y que sería uno de los móviles del hecho, que después derivó en violación y asesinato. Ahora se sabe que una de las chicas francesas hizo un retiro de mil pesos de un cajero automático. La suma parece pequeña y no le permitiría a nadie hacer grandes cambios en su vida personal y sobre todo en su economía.