Una de las particularidades argentinas más destacadas en el informe del PNUD es la representación femenina en la política. Más allá de que se mencionó que el país es uno de los pocos que tiene “una presidenta”, fue destacado en varias ocasiones el cupo femenino en el Congreso Nacional, uno de los más elevados del mundo. El alza también incluye al Poder Judicial, aunque en el Ejecutivo, como señaló Marita Perceval, hay serias deficiencias en las gobernaciones, legislaturas y concejos deliberantes de todo el país. “Tenemos que seguir trabajando para democratizar el poder entre hombres y mujeres”, señaló.

Según los datos de 2009, el Parlamento argentino está entre las “cinco con mayor proporción de mujeres en el mundo, por delante de la mayoría de los países europeos”. El informe también destaca que en el gobierno actual “el nombramiento de mujeres en los ministerios a nivel nacional llegó al 31 por ciento”. La participación femenina en los cargos legislativos provinciales es cada vez mayor, según las estadísticas que marcan que entre 1999 y 2009 la proporción de mujeres pasó del 22,1 al 27,7 por ciento. Más allá de los avances, el estudio del PNUD aclara que “la presencia de mujeres en una organización no garantiza, en sí, la igualdad de oportunidades, de trato y de resultados”.