La vuelta a la actualidad del secuestro de Antonio Echarri y los dos casos de secuestros que se conocieron en esta semana ponen otra vez sobre el tapete un delito que, en verdad, bajó notoriamente. Página/12 dialogó anoche con los responsables de las investigaciones de secuestros, tanto de la Policía Federal como de la Bonaerense. El hombre de la Federal le indicó a este diario que su dependencia sólo intervino en dos casos en lo que va del año, uno de ellos el empresario textil al que le cortaron un dedo meñique y que fue secuestrado en Villa Crespo. El otro caso nunca se dio a conocer. Por el lado de la Bonaerense, se registraron tres hechos en 2003, incluyendo en ese número el caso de Germán Zapata, el hermano del jugador de River, que fue liberado en los primeros días de enero. En territorio bonaerense hubo otro hecho del que no se revelaron detalles y el tercer caso hasta anoche estaba en desarrollo: el secuestro de un joven de 16 años de apellido alemán.
Por supuesto que ha resurgido la sospecha de que otra vez los secuestros –dos esta semana– puedan ser usados como arma política en la campaña electoral. O sea que nuevamente se esté ante una maniobra en la que se utilizan a delincuentes para jugar a favor de una sensación de mayor inseguridad y se beneficie así a algún candidato.