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El peligro de la inapetencia
› Por Pedro Lipcovich
Se llama “caquexia” la especial inapetencia que afecta a pacientes con cáncer y que –especialmente en los que reciben tratamientos necesariamente agresivos como la radio o quimioterapia– puede constituirse en grave peligro. Una reciente hipótesis de investigación ayuda a entenderla. Su punto de partida es recordar que el estrés es una reacción biológica adaptativa.
“Supongamos un animal en peligro: para escapar, o para atacar, le conviene no sentir en ese momento el dolor de las heridas que haya sufrido, y por eso el organismo produce opiáceos como las endorfinas. También es preferible que la reacción inflamatoria, útil en sí misma para reparar los tejidos dañados, se postergue, porque es invalidante, hasta que haya pasado el peligro: por eso el organismo produce melanocortinas, de efecto antiinflamatorio y también analgésico”, explica Marcelo Rubinstein, investigador del Conicet, uno de los pioneros en el mundo en el descubrimiento de la hormona “leptina”, producida por las células adiposas.
Sucede que “además, las melanocortinas son potentes anoréxicos, y esto también tiene una función: el animal en peligro es mejor que no se ocupe de alimentarse sino que se concentre en huir o en atacar. Y, en el caso del cáncer, si no mediara tratamiento médico, el comer poco podría servir durante un tiempo para retardar el crecimiento del tumor. Claro que, desde que existen tratamientos antitumorales, la caquexia no es otra cosa que un problema”, señaló Rubinstein. En la línea de estas hipótesis, la inapetencia de los pacientes con cáncer podría llegar a enfrentarse mediante inhibidores de las melanocortinas.
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