SOCIEDAD
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Bridge, caballos y negocios
No lo vieron deprimido ni apesadumbrado en el Bridge Club de Ayacucho al 1500, en Barrio Norte, donde solía jugar junto a una amiga, hasta que las circunstancias de la muerte de su esposa tomaron estado público: no había sido un accidente, como él dijo e intentó convencer a todo el mundo, sino un homicidio. Desde la muerte de María Marta García Belsunce, con quien se había casado hacía 31 años, Carlos “el Gordo” Carrascosa (57) abandonó la casa del Carmel Country Club y se fue al departamento de su suegro, Horacio García Belsunce (padre), en el barrio de Palermo.
Su última actividad laboral conocida fue la de agente de bolsa. Quienes compartieron con él aquellos días de euforia en el Mercado de Valores lo recuerdan como un hombre afable, de buen trato. Antes de recalar en los negocios había sido marino mercante, una profesión que le permitió recorrer buena parte del mundo.
Fue un hombre de la Bolsa desde principios de los años ‘90. En esos años se vinculó con los hermanos Carlos y José Rohm, dueños del Banco General de Negocios. En su familia dicen que esa relación terminó en el ‘93, pero en el mundo de las finanzas se sabe que el vínculo se prolongó hasta 1998, cuando Carrascosa le vendió su compañía a los Rohm en un millón de dólares. La relación con los hermanos no había quedado en buenos términos. Los Rohm, además, terminaron investigados –Carlos sigue detenido– por el vaciamiento del Banco Comercial de Uruguay.
Semejante suma le habría permitido vivir sin trabajar desde entonces, pues a partir de ese momento nadie le conoce un empleo o actividad, que no sea el bridge o la concurrencia a hipódromos. Es que el turf le dio casi tantas satisfacciones como las finanzas: criador de caballos de carrera, al menos uno de ellos se impuso en un Gran Premio en el Hipódromo de Palermo, tal como lo documenta una foto en el living de la casa de Pilar.
La muerte de su esposa no pareció ser un golpe demasiado duro para Carrascosa: tanto la masajista Beatriz Michelini, que estuvo con él minutos después del hallazgo del cadáver, como tres amigas de María Marta coincidieron en que el marido no mostraba signos de dolor. Unos días después, antes de que la autopsia revelara el asesinato, el “Gordo” se hizo cargo del manejo económico de la Feria de Decoración y Paisajismo “Estilo Pilar”, una muestra que había tenido a María Marta como ferviente impulsora.
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