¿Por qué la oposición o indiferencia para que esta ley se apruebe? “Por un lado, el trabajo de cuidados y reproductivo que contratan los hogares está devaluado: se considera una tarea poco calificada, que no requiere competencias laborales. Pero, además, acumula una serie de discriminaciones que se potencian entre sí: está realizado por mujeres, que también son pobres, y con bajos niveles de escolaridad”, consideró Sanchís. Rodríguez Enríquez agregó: “Quienes las contratan no son empresas, sino familias de ingresos medios y altos, que se ven directamente beneficiados por la precariedad laboral de estas trabajadoras. La ampliación de derechos afecta los bolsillos de particulares que son un electorado en disputa: los sectores medios y altos son susceptibles y esquivos a la hora de poner su voto”. El temor a una contracción de la oferta laboral, a partir de la imposición de nuevas reglas en la contratación del sector, también habría influido para frenar el tratamiento del proyecto, según fuentes del Senado. Mientras tanto, un millón de trabajadoras –de los sectores más vulnerables, muchas de ellas migrantes internas o de países limítrofes– siguen excluidas de los derechos laborales mínimos de que goza cualquier empleado en relación de dependencia.