La violencia desatada ayer en el Hospital Eva Perón que derivó en el cierre de la guardia viene repitiéndose hace años, según afirmó a este diario Rosita Ibarra, delegada con mandato cumplido. “Tiene mucho que ver la falta de contención a los pacientes y familiares. No nombran personal y también faltan insumos básicos como antibióticos, sueros, dextrosa, soluciones fisiológicas y hace diez meses que no anda el tomógrafo. Y la cara la tenemos que dar nosotros”, afirmó. Los familiares de Pablo Santillán se quejaron de que no fue trasladado del shock room a la terapia intensiva, donde el monitoreo de los pacientes es constante, porque no había camas. “De las doce camas de terapia, sólo ocho están operativas por falta de personal, eso violenta los ánimos también”, dijo.