Por M. P.

Es historiador, y desde hace años se dedica a la recopilación de textos, volantes, afiches y carteles de las izquierdas argentinas y latinoamericanas. Su pasión de coleccionista lo convirtió en el responsable de una de las bibliotecas más importantes del pensamiento socialista, anarquista y marxista de toda América latina, el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierda (CeDinCi). Aunque su profesión lo obliga a bucear sobre los rastros casi perdidos de la izquierda argentina, Tarcus no quiere quedarse en el pasado ni tampoco eludir el debate actual sobre la realidad política del país. Es entonces cuando despliega sus críticas a la “vieja izquierda”, a la que atribuye una concepción instrumental de la política, una ética pragmática y un afán por “parasitar” al movimiento social. Consciente de que sus palabras serán polémicas, Tarcus avanza sin temores, y con algo de provocación, sobre temas urticantes que ofenderán a más de uno. Lo mueve su reconocible intención de recuperar “una izquierda de vanguardia, que retome para sí los reflexiones y lenguajes de avanzada”. También es profesor de la UBA, donde enseña “Teoría del Estado” y, más veces de lo que quisiera, participa de homenajes a las figuras míticas de la militancia revolucionaria. Porque él, desafía, no quiere que la izquierda argentina quede atrapada en lo que considera su peor fantasma: “la sobre-saturación de la memoria”.