La activista del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL) e integrante del Programa de Diversidad Sexual del Inadi Diana Sacayan se refirió al logro que significa el funcionamiento del bachillerato Mocha Celis, sumado a la ley de Identidad de Género, entre otras normas, y los desafíos que aún resta encarar.

“Hemos recorrido un largo camino. Empezamos nuestra organización en el 2001 en medio de la crisis y hace 5 o 6 años se seguía usando la ley para controlar los cuerpos de los transexuales. En cambio, hoy estamos parados frente a un Estado benefactor que optimiza los proyectos que implican más democracia, como la ley de identidad de género, la ley de medios, la asignación universal por hijo y los beneficios para las amas de casa. Esto no es un discurso sino que el contenido lo dan las movilizaciones sociales”, afirmó Sacayan.

Sin embargo, más allá de las leyes, la activista habló de lo que falta. “Hoy es necesario que en las instituciones expulsivas se instalen dispositivos en contra de los estereotipos. Es decir, un cambio cultural a largo plazo. A pesar de la ley de género hoy hay travestis que siguen siendo perseguidas por la policía en el partido de Moreno y esto tiene que ver con una cultura represiva no sólo en contra nuestro, sino en contra de todo lo que para algunos atenta contra la normalidad.”