Desde La Plata

En 2007 se realizaron obras hidráulicas en los arroyos El Gato y Maldonado, pero todo indica que no fueron suficientes. Aunque se espera un informe de la Facultad de Ingeniería para establecer las causas profundas, se anticipó que los residuos que no son retirados en los barrios periféricos, taponan los arroyos y dificultan el escurrimiento de las aguas.

Estudios realizados antes de la inundación por el Laboratorio de Hidrología, Departamento de Hidráulica, de la Universidad Nacional de La Plata, precisó que la cuenca del arroyo El Gato se presenta insuficiente aún en los casos de “tormentas frecuentes de baja magnitud” y la situación “se ve agravada en el caso de tormentas de magnitud”.

En cuanto a los residuos, una recorrida a vuelo de pájaro por las zonas afectadas (Villa Elvira, Los Hornos, o en los asentamientos El Mercadito, El Churrasco y La Unión, entre otros), demuestra que los zanjones han sido limpiados en su curso, pero la basura que se retiró, en muchos casos, duerme sobre las calles de tierra, como si estuviera a la espera de que se produzca una nueva tormenta.

“El proyecto de (Pablo) Bruera en La Plata es similar al de (Mauricio) Macri en la ciudad de Buenos Aires: un lugar donde vivan bien los que tienen altos ingresos, los privilegiados, y no una ciudad para todos.” Daniela Ramos, del Frente Darío Santillán, Corriente Nacional, dijo que es “una paradoja que los obreros de la construcción que trabajan en las obras que se hacen en el centro de la ciudad, para la especulación inmobiliaria, sean las mismas que han sido víctimas de la inundación porque viven en los barrios periféricos, en casas precarias, sin posibilidades de vivir mejor”.

Por su parte, Nicolás Salas, del Movimiento 7 de Abril, que forma parte del FOL (Frente de Organización y Lucha) señaló que, como consecuencia de lo ocurrido, un número importante de vecinos que se quedaron sin vivienda o con sus casas afectadas decidieron ocupar departamentos “que le estaban adjudicados” en un complejo habitacional ubicado en 118 y 519. En 2005 el complejo había sido inaugurado parcialmente por el ex presidente Néstor Kirchner, pero años después las obras quedaron paralizadas. Los departamentos que ahora fueron ocupados son los que quedaron sin terminar. De las 700 mil personas que viven en la ciudad, el 40 por ciento tiene su domicilio en el casco urbano. En la periferia, en los últimos diez o veinte años, se han establecido cerca de 190 asentamientos precarios, muchos de los cuales ahora han sido arrasados por la catástrofe del 2 de abril.

“Esa es la realidad en los barrios pobres, mientras que en el centro de la ciudad el 19 por ciento de las viviendas nuevas está desocupado. Esto indica que las construcciones que se hicieron desde la modificación del Código de Ordenamiento Urbano están orientadas hacia la especulación inmobiliaria de personas que ya tienen otras viviendas y no hay planes para los que carecen de una vivienda”, sostuvo Daniela Ramos.