Durante estos días, la investigación por los crímenes de La Dársena avanzó en dos terrenos: uno es el terreno del crimen y el otro son las derivaciones que podrían tener las denuncias de narcotráfico que aparecieron vinculadas al caso. En ese contexto se inscribe la hipótesis presentada hace una semana por los familiares de Patricia Villalba, donde aparecen los datos de una fiesta en Catamarca con personajes ligados a la estructura de poder juarista. Después de la visita a Buenos Aires, los abogados de la familia anunciaron que la semana próxima presentarán al menos tres testigos que pueden dar cuenta de los detalles de la fiesta. La Nación les dio las garantías de protección jurídica que consideraban indispensables para sus testigos.
El juzgado comenzó a convocar a quienes le dieron aire a la llamada hipótesis del Mishky Mayu, un relato impuesto por un testigo de identidad reservada que trasladó la escena del crimen y a los involucrados a una casa de ese barrio. El juez Dardo Herrera le tomó declaración ayer a Castaña, un amigo del misterioso testigo que supuestamente debía confirmar sus datos. Pero eso no ocurrió. Castaña aseguró que el testigo nunca le había hablado del asado ni del encuentro donde presuntamente se había enterado de los detalles del crimen. Con este dato, la hipótesis Mishky Mayu parece definitivamente caída.