SOCIEDAD • SUBNOTA › LINA NúñEZ, DEL INSTITUTO DEL CáNCER
› Por Soledad Vallejos
“Es una posibilidad de prevención en mujeres con alto riesgo, pero hay otras opciones a considerar. La mastectomía preventiva, además, no es indicación de ningún médico, sino una opción personal”, explicó a este diario Lina Núñez, integrante del Instituto Nacional del Cáncer (INC), donde coordina el Plan Nacional de Tumores Familiares y Hereditarios. Núñez detalló que puede ser una elección a considerar por “mujeres que, por alguna razón, están expuestas a riesgo alto, como una mutación genética como sucede en el caso de Jolie, o quizá mujeres que aunque no sepan si tienen una mutación genética, sí tienen muchos casos en la familia y eso aumenta el riesgo”.
Sin embargo, aun “en casos de riesgo alto, hay opciones de prevención que se tienen que considerar. La mastectomía es sólo una, no la única, no la primera y tampoco la indicación de ningún médico”. Núñez especificó que esa operación “no debería ser indicada por ningún médico porque es una decisión personal que se toma conociendo los riesgos y los beneficios, las ventajas y desventajas de sacar un órgano sano, y que eso puede tener un impacto psicológico y físico importante”. Aun cuando la genética indique una fuerte predisposición a padecer la enfermedad y los antecedentes señalen en la misma dirección, “también podemos controlar el cáncer de mama mediante controles estrictos preventivos”, una vez que el diagnóstico y el asesoramiento lo indiquen como necesario y permitan diseñar “qué estrategia y qué pasos hay que seguir”.
La especialista explicó que lo primero es recurrir a un profesional que evalúe “los factores de sospecha de cáncer de alto riesgo”, que pueden ser “cáncer a temprana edad, cáncer bilateral, cáncer que se repite en más de una generación”, entre otros. Son varios los “factores que indican que es preciso derivar a la paciente a una consulta de asesoramiento” donde comienza el proceso de “evaluar todo el cuadro familiar, no sólo el de la paciente, para ver si ese cuadro corresponde a mayor riesgo. Si de ahí surge que hay un cuadro clínico que justifique un estudio genético, se hace”.
En la Argentina se realiza el estudio genético para detectar posibles y específicas mutaciones. “Muchas obras sociales lo cubren y en algunas instituciones públicas, como el Hospital Rivadavia, se realizan, pero no en forma completa”, porque sirven para diagnosticar en el caso particular de un grupo étnico determinado. En el país, el costo del análisis ronda los diez mil pesos. “Hay distintos estudios genéticos y distintos genes que pueden predisponer al cáncer hereditario, los BCR (como en el caso de Jolie) no son los únicos”, señaló Núñez, quien agregó que “por eso es importante la evaluación de asesoría previa, que señala la sospecha a estudiar”. “Si te equivocás de gen y buscás en el lugar errado, no vas a encontrar la información correcta. Esa información surge del asesoramiento.”
Además, en ocasiones “el estudio tiene posibilidad de resultados diferentes”. Núñez explicó que “a veces puede indicar que hay una mutación, a veces no, y a veces puede mostrar cambios intermedios que requieren la interpretación de un genetista”.
Estos estudios genéticos en particular comenzaron a practicarse en 1995, por lo que es algo “nuevo en el mundo en general”. De todos modos, “el cáncer de mama se vigila bien con control. Si el control es estricto, hay más chance de diagnosticarlo a tiempo de curarlo”.
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