Según se aclara en el informe sobre escenarios, los tres primeros (Juntos, Caminos y Resiliencia) son los más “útiles de explorar”, y el último (Ruptura) es un “escenario preventivo” que se agrega a la plataforma. El texto incluye una frase atribuida al historiador Jens Arup Seip: “En política, la gente nunca trata de comprometerse a sí misma, sólo de comprometer a los demás”. La cita se adapta a la crítica planteada por los países productores de drogas a los principales consumidores en 2016, porque resulta “contradictorio e injusto” que legalicen el consumo de cannabis (como ocurre en dos estados norteamericanos) y pretendan que los demás mantengan la supuesta guerra contra las drogas. “Después de todo –continúa el argumento–, de la suscripción de un tratado internacional no debería surgir un pacto suicida”, dicen los críticos.

Los países productores y de tránsito, entonces, negocian la “paz social” con los grupos delictivos, mientras los especialistas y técnicos en seguridad señalan “que los criminales empezarán a comprar el respeto de la sociedad al financiar escuelas y hospitales, y al entablar relaciones sociales con los funcionarios públicos”. El resultado, con el tiempo, es la creación de narcoestados, dice este escenario. Sin embargo, en algunos países se registra una baja en la tasa de homicidios, mientras sube el poder económico de los grandes capos dedicados al negocio.

Un comentario de las reuniones para hacer los escenarios plantea las broncas ya existentes y menciona los 1900 millones de dólares que pagó el banco HSBC, acusado de blanquear fondos de narcos mexicanos en Estados Unidos: “Resulta que los bancos que perpetúan el problema tienen ahora la facultad de pagar una multa a cambio de evitar una sanción. Es la última evidencia del doble estándar que impera actualmente; los estadounidenses no cesan de exigirles más rigor a los países latinoamericanos, pero no son capaces de ser igual de estrictos en su propio país”.

El panorama de una ruptura genera problemas fronterizos para los Estados rígidos que requieren mayor seguridad para combatir los efectos de sus vecinos laxos en el control, según se plantea en este escenario. “Se llega así a 2025 a un contexto en el que las tensiones y los conflictos por las drogas y el crimen organizado internacional han aumentado a lo largo del hemisferio”, concluye el informe.