SOCIEDAD
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“Lo que hago no es neutro”
“El mundo no se puede lavar las manos de Africa. Africa es un continente que necesita del mundo. Y si algo queda de Africa es por la acción de la Iglesia Católica y las iglesias protestantes.” Opeka se exalta cuando habla del abandono y el olvido hacia ese continente.
Con ese mismo ímpetu, Opeka jugó un papel clave en la caída de Didier Ratsiraka, el anterior presidente de Madagascar. “Era un régimen de inspiración norcoreana, un dictador que no había aceptado el resultado adverso de las elecciones de diciembre de 2001. Entonces, a partir del 16 de ese mes hubo marchas de más de un millón de personas para exigir que se fuera”, cuenta el misionero.
–Es el mismo momento del estallido en la Argentina.
–Sí, y yo decía “tomen el ejemplo de Argentina y renuncien”.
Pero allí no hubo helicóptero y Ratsiraka mantuvo el poder. Entonces, Opeka viajó a Francia –Madagascar es ex colonia de ese país– y llevó adelante una campaña de dos meses “a favor de la justicia y la libertad” en el país. Habló en el Senado, frente a los diputados y le exigió a Chirac que se involucrara en el problema malgache para evitar la guerra civil.
Finalmente, fue Estados Unidos quien reconoció primero al gobierno electo, en julio de 2002. Dos días después lo hizo Francia. Y recién ahora lo acaba de hacer la Unión Africana.
Opeka está satisfecho. “Lo que yo hago no es neutro –aclara–. La lucha contra la pobreza no es neutra.”
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