LA MUERTE DEL CIENTIFICO DAVID KELLY ABRE UNA IMPREDECIBLE CRISIS POLITICA EN EL GOBIERNO BRITANICO
› Por Marcelo Justo
Ayer, cuando le preguntaron si presentaría su dimisión tras el suicidio del científico David Kelly, Tony Blair, primer ministro británico, se limitó a permanecer en silencio. Tampoco contestó cuando le preguntaron si pediría las renuncias de dos altos funcionarios implicados. Fue la señal más clara de los problemas de Blair tras los falsos informes sobre Irak.
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