SOCIEDAD • SUBNOTA
El capellán mayor del Servicio Penitenciario Bonaerense, Eduardo Lorenzo, aseguró ayer que “una persona que es culpable de lo que se lo acusa a (Julio César) Grassi es un enfermo, un perverso”. En declaraciones a la prensa, luego de la detención efectiva del sacerdote, Lorenzo aseguró que “no se puede ser ciudadano del cielo y ser prófugo del mundo. Así como intentamos cumplir las leyes de Dios, (los sacerdotes) también tenemos la obligación de cumplir las leyes de los hombres, porque Dios habita entre los hombres”.
Lorenzo, quien presta servicios desde hace 23 años como capellán, afirmó que no es la primera vez que le toca asistir a un sacerdote preso y que estos casos le “duelen más” que otros, en los cuales el condenado es alguien que no lleva los hábitos. “Siempre me duele cuando hay gente detenida, pero cuando es un sacerdote un poco más, porque soy cura, por la Iglesia y sobre todo por esta primavera que se llama Francisco.”
El capellán del SPB destacó que “si bien se lo acompaña como a cualquier hermano, no voy a negar que en lo personal se me mueve todo. Tendríamos que ser un gremio que da el ejemplo, pero la fragilidad humana es así: nada de lo humano nos es ajeno”. No obstante, subrayó que en lo personal es “un convencido de que las personas pueden cambiar”. Puntualizó al respecto que “sin esa convicción no podría realizar mi tarea”. Concluyó que el hecho de que alguien esté preso “no significa que haya que excluirlo y que no haya que darle otra oportunidad”.
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