El ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo, afirmó que el maquinista Julio Benítez se negó a someterse a controles de rutina el sábado pasado, al tomar servicio antes del choque, y que sólo aceptó realizarse el control de alcoholemia. El maquinista, agregó el ministro, debería haber sido “despedido” previamente por sus antecedentes.

“La empresa tenía antecedentes con respecto al comportamiento de Julio Benítez y tomó una determinación, con falta absoluta de sentido común, que fue un apercibimiento. Como si pusieran una amonestación a un pibe que pone una bomba en el colegio. Debería haberlo suspendido como mínimo, para no decir que tendría que haberlo despedido”, señaló el ministro en declaraciones realizadas durante una entrevista con Radio Del Plata.

El sábado pasado, día en que el Chapa 5 chocó con el andén al llegar a la estación de Once, contó el ministro, Benítez se había resistido a los controles de rutina, establecidos como norma antes de tomar servicio para todos los maquinistas. Al tomar servicio ese día en la línea Sarmiento, dijo Randazzo, el conductor “se negó a realizarse los controles de rutina. Sólo aceptó (que le hicieran) el de alcoholemia, argumentando que había un acuerdo gremial”, a pesar de lo cual la empresa le permitió conducir la formación que luego, a las 7.25 de la mañana, chocó en la estación Once y provocó heridas a 99 pasajeros, a uno de los cuales ayer debieron extirparle el bazo.