El último partido que en su cancha jugó el equipo Rayo Vallecano, de las afueras de Madrid, fue toda una jornada de solidaridad para con los argentinos: su gente llevó a la cancha, en lugar de una entrada, tres kilos de alimentos no perecederos para pagarse el espectáculo. Y de esa manera los vallecanos juntaron 9 mil kilos de comida para los más pobres de Latinoamérica, tal como pinta el país para las prioridades de ayuda al mundo que se fijan por estos días los europeos, aunque siempre a niveles no oficiales, sino del ciudadano más común.
“Se concientizó a los hinchas de que el problema argentino es una situación peligrosa y que hay que salir de ella cuanto antes”, dijo ayer el presidente del club, Alvaro Ruiz Mateo. La mano que los españoles le dan a la Argentina en crisis vino con unas declaraciones atípicas en el clima de cerrar puertas a la inmigración hecha por Mateo: sobre el término sudaca dijo que no le gustaba en absoluto. “En nuestro país se está produciendo un ingreso importante de inmigrantes que van a buscar mejores condiciones y en este sentido los argentinos no van a ser menos y tienen las puertas abiertas”, dijo, y anunció que sale la comida vía una ONG.