Los que conocen la dinámica de las relaciones internacionales aseguran que Francisco tuvo un rol muy importante en las negociaciones destinadas a lograr la paz en Siria. También que Bergoglio está dispuesto a desempeñar un lugar protagónico en la escena internacional y que aspira a sumar las grandes religiones en acciones a favor de la paz en el mundo. Este tema y el de la pobreza están en la agenda del encuentro que el Papa mantendrá con Barack Obama en los próximos días.

De la misma manera que lo concebía en Argentina, Bergoglio piensa que la Iglesia tiene que jugar un papel en la vida política. “Nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas, sin influencia en la vida social y nacional”, escribió el año anterior en su encíclica Evangelii Gaudium. “Buscamos ser una Iglesia que busca caminos nuevos”, le dijo a Antonio Spadaro en la entrevista que concedió a La Civiltà Cattolica.

A ello deberá sumarse otro capítulo: el Vaticano, como nación, insistirá en los foros internacionales de los que participa, con un discurso ético a favor de la justicia en la economía y las finanzas en el mundo. También en sus críticas al capitalismo, en los mismos términos en que Francisco ya lo señaló en su reciente encíclica.