En una declaración conjunta, discutida entre todos, los alfabetizadores de Decir es Poder cuentan de dónde vienen y hacia dónde van:

“Somos jóvenes que crecimos en un barrio de gente trabajadora de orígenes distintos, pero con un destino común: la lucha.” Con esfuerzo y organización han ido logrando muchas cosas: comedores, centros culturales, una parroquia, una junta vecinal, jardín, primaria, una escuela secundaria. Ahí, en la escuela secundaria 6 del 5, nos encontramos profes y estudiantes queriendo construir, transformar, seguir el ejemplo de los que en el pasado soñaron y pelearon por un futuro mejor.

Muchas de las personas que consiguieron los derechos que hoy disfrutamos, como la escuela, no pudieron estudiar. No saben leer o escribir, no pueden manejar las tecnologías. Nosotros, los chicos del barrio, queremos devolverles algo de todo lo que nos dieron porque a pesar de las dificultades que pasaron, lograron una educación digna para nosotros, para que podamos seguir creciendo como personas en nuestro barrio.

Hay quienes creen que porque vivimos en una villa valemos poco o nada. Pero no nos conocen. Los jóvenes de Barracas pensamos, soñamos y luchamos por un futuro mejor. Tenemos un presente porque hubo otros que en el pasado pensaron en nosotros. No nos olvidamos de los que pelearon. Por eso queremos que todos tengamos el mismo derecho a estudiar, que puedan encontrarse con la palabra, tener poder sobre ella, defenderse con ella y ser autónomos.

Decir es Poder es un programa de alfabetización que se propone generar igualdad, por eso vamos a buscar casa por casa a todos los que necesiten aprender a leer y a escribir. En los relevamientos nos enfrentamos con lo desconocido: no sabíamos que había tanta gente que no leía ni escribía. Pero desde ese primer encuentro con el vecino, sólo pensábamos en seguir adelante con este programa, por ellos, por nosotros, por el barrio. Porque al fin y al cabo aprender es su derecho.

Decir es Poder se propone eso, usar nuestras palabras, contar nuestras verdades para que nadie hable por nosotros. Sabemos que todavía hay desigualdad pero queremos cambiarlo, sacar lo injusto y poner lo justo. No estamos solos, estamos más unidos que nunca.

Hoy queremos ser parte de un cambio: ahora nos toca luchar, construir. Con los mayores de nuestro lado y como guías. Estamos orgullosos, se nos pone la piel de gallina, nos impulsa a seguir, a pelear por el cambio, nos impulsa a Decir es Poder. Es muy gratificante poder ayudar al barrio de esta manera, unidos y con el mismo propósito: analfabetismo cero en la 21-24.