Dom 10.01.2016

SOCIEDAD • SUBNOTA  › PARTICULARIDADES DE LA GENERACION ACTUAL

El antes y el ahora

Imagen: Sandra Cartasso.

Florencia Alcorta y Verónica Lorca (foto) son comediantes de stand up, además de guionistas. Ellas se encargaron de adaptar el texto de Confesiones teniendo en cuenta los cambios sociales y las nuevas chicas de 30. Con el humor que las caracteriza, sintetizaron de esta forma las problemáticas actuales para esa generación de jóvenes argentinas, para Página/12.

“Antes, a los 30 tenías que tener un marido, dos hijos, una casa y un perro labrador corriendo por el jardín.

Ahora, a los 30 tenés que tener un tatuaje, hacer un viaje y si es posible congelar óvulos para ser madre más adelante.

Antes, el tipo te llamaba para invitarte a salir.

Ahora, antes de invitarte a salir, te manda una selfie en bolas por WhatsApp.

Antes, era muy difícil que las mujeres lograran acceder a puestos de poder.

Ahora, también.

Antes, usabas cremas para la celulitis.

Ahora hacemos drenaje linfático, utltracavitación, terapia ortomolecular y nos enchufamos electricidad en el culo.

Antes, te consideraban una loca si llegabas a tener un ‘consolador’. Que incluso se llamaba así porque se suponía que te consolaba por la falta de un hombre.

Ahora, tranquilamente podés tener un vibrador de silicona, con estimulador de punto G, masajeador de clítoris, cinco velocidades y control remoto. (Nos contó una amiga.)

Antes, te daba culpa si no cumplías con todos los mandatos sociales y familiares.

Ahora, también. Pero vamos a terapia.

Antes en el boliche te decían: ‘Hola, ¿cómo te llamás? ¿De qué signo sos? ¿Venís siempre a bailar acá?’.

Ahora en Tinder te dicen: ‘Hola, ¿querés coger?’.

Antes la mujer tenía que ocuparse de la casa, los hijos, el trabajo, etc.

Ahora, nos independizamos, pero para eso tuvimos que esclavizar a otra mujer que se ocupe de la casa, los hijos, etc.

Antes, querías que el hombre pagara la cena en la primera cita.

Ahora, no. Bah, quizás sí, pero que no sea un acto machista, porque una también puede pagar la cena. Aunque tampoco está bueno que la mujer pague la primera salida. Ojo, no hay drama si el tipo no tiene trabajo, pero todavía ni lo conocés, bah, viste su foto en bolas, pero no es lo mismo. Lo lógico sería que pagáramos los dos. Pero es confuso. ¿Dividimos la cuenta a la romana o según lo que consumió cada uno? Sería medio una grasada. Mejor que sea caballero. ¿Pero qué significa que sea caballero? Es decir: ¿hasta qué punto pagar la cena es ser caballero y no machista? Continuará...

Antes, las mujeres teníamos muchas contradicciones.

Ahora, también.”

Nota madre

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