Diana Rojas era de Entre Ríos pero vivía en Puerto Madryn, donde estudiaba Derecho. Hace doce días apareció asesinada en un descampado, a la vera de la ruta provincial Nº 1. Había perdido un zapato en lo que las huellas de la tierra indicaron que fue una huida precipitada; los investigadores establecieron que fue llevada hasta allí en un auto, que bajó e intentó escapar corriendo campo traviesa; que fue alcanzada y apuñalada. La autopsia no detectó indicios de abuso sexual. Por el caso, tres días después fue detenido el taxista Dante Donnini, que la había trasladado horas antes del presunto horario de muerte. El viernes último, los integrantes del Concejo Deliberante de la capital chubutense pidieron a la comunidad que el próximo viernes salga a las calles para reclamar justicia por Diana.

Donnini permanecerá con prisión preventiva por lo menos 40 días, en tanto los investigadores del Centro Nacional Patagónico (Cenpat) realizan los estudios de ADN para comparar las muestras halladas bajo las uñas de Diana con el perfil genético del taxista.

Un día antes de la detención de Donnini, los investigadores seguían la hipótesis del femicidio por despecho. De acuerdo con los testimonios recabados en el expediente, un conocido de la joven pretendía mantener con ella una relación sentimental, algo que ella rechazaba con firmeza.

La pista más firme investiga a un conocido de Rojas que, de acuerdo con los testimonios recabados en el expediente, buscaba tener una relación sentimental con la joven pero era rechazado por ella. Por entonces, el fiscal en jefe de Puerto Madryn, Daniel Báez, ratificaba que el crimen había sido cometido “a plena luz del día”. Sin embargo, advertía: “No hubo delito sexual, porque así lo reconoce la autopsia, ni tampoco parece haber habido intento de ello”.

Los peritos expertos en rastros que evaluaron la escena del crimen indicaron que las huellas marcadas en la tierra y el descubrimiento de un zapato de Rojas, ambos en los alrededores del lugar donde apareció el cuerpo, acreditaron la hipótesis sobre los pasos que precedieron al crimen. Los indicios, detallaron, dieron cuenta de que la joven fue llevada hasta ese lugar a bordo de un auto, aunque aún se desconoce si de manera voluntaria o a la fuerza. El algún momento, Diana bajó del vehículo y echó a correr por el campo. Fuentes de la investigación informaron que en la tierra quedaron marcas de “cierto desplazamiento de arrastre”, que podrían atribuirse al hecho de que el femicida arrastró el cuerpo de la chica una vez que la alcanzó.