Mar 31.05.2016

SOCIEDAD • SUBNOTA  › POR QUé ESTABA PRóFUGO EL SOSPECHOSO DEL CRIMEN

Una condena por robo

Jonathan Luna, de 26 años, tenía antecedentes por un delito de robo por el que había sido condenado a una pena de cinco años y dos meses. Luna era buscado desde diciembre de 2014, cuando gozaba de salidas transitorias, porque no había regresado al Establecimiento de Ejecución Penal 2 de General Roca, Río Negro, donde cumplía la condena que le había impuesto, el 7 de marzo de 2013, la Cámara Criminal de Primera Instancia de General Roca.

A Luna lo habían condenado por un hecho ocurrido en abril de 2012 en la zona rural de la localidad de Chichinales. En esa oportunidad le robó un teléfono celular a una mujer, luego de amenazarla con un cuchillo. Fue detenido el 25 de abril de 2012 y alojado en el Penal 2 de General Roca; la condena fue por “robo calificado”.

En función de los plazos que impone la Ley 24.660 de Ejecución de Penas, el 25 de noviembre de 2014 Luna quedó en condiciones de acceder al beneficio de salidas transitorias de prisión, el que le fue concedido por decisión del juez de Ejecución Penal Juan Pablo Chirinos el 17 de diciembre de 2014.

Un informe psicológico realizado en 2014 para evaluar si Jonathan Luna estaba en condiciones de acceder a las salidas transitorias, indicó que el hoy detenido por el crimen de Micaela Ortega “ha demostrado ser merecedor de la confianza en él depositada”. A pesar del pronóstico, al día siguiente salió de prisión y nunca más regresó, por lo que fue declarado prófugo.

Inicialmente, el juez le autorizó una salida mensual de 24 horas bajo tutela de quien era la pareja de Luna en ese momento y cuyo nombre no fue suministrado en el informe dado a conocer ayer en fuentes judiciales de General Roca. Luna estaba obligado a permanecer en la vivienda propiedad de la mujer que ejercía la tutela y que estaba en General Roca. Para acceder al beneficio, Luna tenía como condicionamiento no salir de la ciudad, dormir en ese domicilio y circular siempre en compañía de su tutora, entre otras pautas de rigor, como abstenerse de consumir bebidas alcohólicas o estupefacientes.

Antes de otorgarle el beneficio, el juez Chirinos valoró que Luna había cumplido más de la mitad de la condena, que no tenía otras causas penales abiertas, que no registraba otros antecedentes y fundamentalmente su conducta en prisión y el informe psicológico favorable. En prisión, Luna había alcanzado calificaciones altas: nueve en conducta y siete en concepto. También contó con dictamen favorable del licenciado en servicio social del Gabinete Técnico Criminológico del Penal de General Roca.

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