- Puta. “No soy profesora. Soy puta, trabajadora sexual, profesional del sexo y lo digo con orgullo”, se presentó la argentina Georgina Orellano, secretaria general de la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR.CTA), al abrir su exposición en el panel “Creación de colectivos para enfrentar la criminalización de nuestras sexualidades, nuestra reproducción y nuestras vidas: Desafíos desde lo global a lo local”, convocado por Amnistía Internacional y que compartió con otras ponentes. Orellano cuestionó los enfoques abolicionistas de la prostitución, que empujan a la clandestinidad a quienes la ejercen, dijo. “Hay dos debates pendientes en el movimiento feminista en mi país: la despenalización del aborto y la legalización del trabajo sexual. Sobre una lucha legítima contra la trata, se lucha contra la prostitución toda”, objetó. El reclamo de las trabajadoras sexuales por la regulación de su actividad, tuvo un espacio destacado en este Foro, cuando unas cuarenta prostitutas de todo el continente –y otras latitudes– fueron protagonistas de un colorido desfile de modas en el auditorio central, conducido por Despu, una marca de moda creada por trabajadoras sexuales de Brasil. Orellana, mostrando sus pechos, fue una de las modelos.

- Cybermachismo. Con la consigna ¿conocimiento… de quién?, un espacio en el 13º Foro de AWID estuvo dedicado a debatir sobre “una internet feminista”. En un mural, con un planisferio, se anotaron algunos datos significativos: en Wikipedia solo 1 de cada 10 personas que editan contenidos se identifica como mujer; el 73 por ciento de las internautas mujeres ha tenido exposición o sufrido violencia por Internet.

- Artivismo. Entre las películas que se exhibieron, se destacó el corto Abigail, de la joven directora brasileña Valentina Homen, que vincula las culturas indígenas amazonas con las religiones afro-brasileñas. Y el film de Gabrielle LeRoux, de 30 minutos, donde NThabiseng Mokoena, cuenta su historia de resistencia intersectorial, tanto individual como colectiva, en el que reivindica la intersexualidad, siendo negrx, generqueer y feminista en Sudáfrica.