“Me llamó mi sobrino, que estaba con él, diciéndome que mi hijo estaba en el hospital, que vaya a verlo urgente y cuando llego allá me para un médico y me dijo que ya había fallecido”, recordó Julio Rivero, padre de Nicolás Matías.

“Era un pibe trabajador que había ido a la fiesta para festejar el día de la primavera”, relató el padre y aclaró que “sabíamos que había ido a la fiesta. Estuve con él hasta las 23 y sabía que iba a ir. La madre le dijo ‘acordate que mañana tenés que trabajar y te vas a acostar tarde’”.

Y contó que su hijo hasta hace unos meses había trabajado en una fábrica, luego comenzaron los despidos y que entonces empezó a trabajar con un amigo suyo.

Rivero negó que su hijo perteneciera a alguna banda o que tuviera armas. Y remarcó que tampoco hay armas en su casa. Y que, según le contaron algunos testigos Matías fue atacado por alguien que pasó en moto por el lugar y disparó hacia la gente en general. “Vino un chico que me contó que pasó una moto que empezó a pegar tiros y justo le pegó a él”, dijo el padre.

Rivero –que es padre de otros dos hijos de 12 y 7– dijo que espera que le entreguen el cuerpo de su hijo para velarlo y que tanto él, como su esposa y sus hijos están “muy mal”.