Dom 08.02.2004

SOCIEDAD • SUBNOTA  › LEON ARSLANIAN *

Como en el resto de la ciudad

La presencia policial y la efectiva prevención en las villas son necesarias desde todo punto de vista. Fundamentalmente, porque lo que ha venido ocurriendo en tantos años en este tema es que las villas han pasado a ser ámbitos de exclusión, lugares donde se hace manifiesta la ausencia absoluta del Estado en todas sus facultades. Primero, porque son ámbitos donde no hay servicios esenciales como agua corriente o luz eléctrica, ya que la mayor parte de las veces del alumbrado eléctrico se cuelgan con cables. No hay condiciones mínimas de salubridad, no hay alumbrado público, no hay calles abiertas que permitan un recorrido de los móviles policiales para que se practiquen patrullajes en las mismas condiciones que se practican en otros lugares de la ciudad.
Esto evidentemente ha generado, como no podía ser de otra manera, una pérdida de lo que debería ser el espacio público por parte del Estado. Y esto debe ser remediado, porque la inseguridad en las villas se ha incrementado mucho. La experiencia indica que por un lado muchas veces son utilizadas viviendas como aguantaderos, ya sea de delincuentes o para reducir objetos robados. De modo que medidas hay que tomar. ¿Cuáles son las medidas más pertinentes? Lo primero que hay que hacer es redefinir los espacios, en el sentido de darles todo lo que tienen que tener o buscar una solución para lo que significa ese grado de promiscuidad que implica la villa. Dentro de esto hay un capítulo vinculado con la seguridad y la prevención. Hay alternativas en este sentido, una es que haya seccionales policiales dentro del ámbito de las villas, que haya patrullajes, que haya iluminación y suficiente control policial.
Concebir el tema como una ocupación militar es un error. En realidad, son ámbitos que deben tener las mismas medidas de seguridad y la misma presencia del Estado que el resto de la ciudad. Hay que proteger a la gente que vive dentro de la villa de la misma manera que se protege a los ciudadanos que vivimos fuera de la villa.
Hay que ser sumamente cuidadoso en cómo se formulan estas cuestiones. La causa de que los barrios pobres sean a veces estigmatizados como violentos es que no tienen los mismos requerimientos urbanísticos que el resto de la ciudad. No puede ser que las villas no tengan calles ni transportes que las atraviesen. Como consecuencia de estos déficit se produce lo otro: que sean lugares que favorecen que se aloje gente delincuente o que haya actividades como el tráfico de drogas.

* Ex ministro de Seguridad bonaerense.

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