La revelación de la jueza que investigó el misterioso accidente del obispo Gerardo Sueldo provocó conmoción en la provincia. María Luisa Cárdenas de Infante le aseguró a Página/12 que mientras formaba parte del fuero criminal de Santiago y tenía la causa en las manos le ordenaron cerrarla. La imputación estaba dirigida en forma directa contra quien por entonces era el presidente del Superior Tribunal de Justicia, Ernesto Kozameh. Y contra el Ministerio de Gobierno de Carlos Juárez, por entonces gobernador de la provincia. Ayer, Ernesto Kozameh se comunicó con este diario para indicar que nunca dio ninguna orden en ese sentido. Ahora la justicia deberá investigar.
La reapertura de la causa pedida por los familiares de Sueldo fue avalada por el Ministerio de Justicia de la Nación. En ese marco, se pedirán los expedientes instruidos en 1998 por la ex jueza. Ella le dijo a este diario que su propia investigación había estado trabada por falta de presupuesto y de personal. Ella misma cerró la instrucción dejando constancia de que el accidente de ruta que terminó con la muerte del obispo crítico de Juárez se produjo por una maniobra brusca a raíz de un factor “que no se pudo determinar”. A ella misma le quedaron dudas. Y Kozameh, uno de los hombres del Superior Tribunal que renunció cuando arreciaban las denuncias nacionales por la falta de independencia judicial, asegura que nunca dijo nada: “Siempre fui muy respetuoso, nunca llamé, ni hablé”, dijo.