SOCIEDAD
• SUBNOTA › UN HABITO SUECO QUE ES MENOS DAÑINO
Tabaco para mascar
› Por Pedro Lipcovich
Un grupo de destacados profesionales de la salud europeos se pronunció a favor de facilitar el consumo de tabaco... pero no de cualquier tabaco, sino del snus, especial forma de tabaco para mascar que se consume en Suecia y es mucho menos dañina que el tabaco fumado. Su difusión como alternativa al cigarrillo permitió que la cantidad de fumadores entre la población masculina de ese país cayera del 40% al 15%: como consecuencia, “los índices de cáncer de pecho e infarto de miocardio bajaron significativamente”. La promoción del snus se enmarca en el criterio de “reducción de daños” para las adicciones. Otros, sin embargo, se oponen a esta estrategia y sostienen que el snus “no ha sido suficientemente investigado y es potencialmente dañino”.
El snus es un tabaco molido que se consume por vía oral –en forma parecida al tradicional mascado de coca–. Su preparación incluye el agregado de sal, bicarbonato de sodio, sustancias humectantes y aromatizantes; incluye un proceso parecido al pasteurizado. Su elaboración está regulada en Suecia como la de los alimentos. Se utiliza en ese país desde principios del siglo XVIII. Actualmente lo consume el 22 % de la población masculina. El total de consumidores es de aproximadamente un millón, en su mayoría varones.
El pronunciamiento en favor del snus fue suscripto por investigadores de la Unidad de Investigación del Cáncer de la Universidad de Londres, del Hospital Saint George de la misma universidad, del Instituto de Medicina Social de la Universidad de Viena, del Instituto para Estudios del Tabaco de Estocolmo, del Centro de Información para Fumadores de Suecia y de Action on Smoking and Health (ASH), de Londres. Se publicó en la revista Tobacco Control.
“El propósito de esta declaración es proporcionar argumentos en favor de cambiar las regulaciones de la Unión Europea sobre el tabaco no fumado”, que, destacan estos investigadores, “es sustancialmente menos dañino que el tabaco fumado; y la experiencia sueca sugiere que puede utilizarse como sustituto del fumar y para dejar de fumar”. Los investigadores señalan que el snus “es una importante razón para el hecho de que Suecia tenga los niveles más bajos de Europa en cuanto a enfermedades relacionadas con el tabaco”.
Según puntualizan, “para los fumadores adictos a la nicotina que no pueden o no quieren detenerse es importante la posibilidad de contar con formas de nicotina y tabaco mucho menos riesgosas”. De otro modo, “si la alternativa se reduce a ‘dejar el tabaco o morir’, el resultado es que muchos mueren”. En el marco de la estrategia de “reducción de daños” –de uso creciente en materia de adicciones–, la declaración compara ese tabaco no fumable con las “terapias de reemplazo”, como los parches y chicles de nicotina, y encuentra que el snus “puede alcanzar a más fumadores porque se sitúa en una vía diferente”, no planteada como terapia sino “basada en el mercado”.
Por otra parte, un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva Jersey, Estados Unidos, y del Institute for Tobacco Studies de Estocolmo, Suecia, publicaron en Tobacco Control una revisión de la evidencia disponible sobre el snus: encontraron que el producto “libera concentraciones más bajas que otros derivados del tabaco en cuanto a ciertas sustancias dañinas, aunque puede liberar altas dosis de nicotina. Produce dependencia, pero no aparenta causar cáncer o enfermedades respiratorias. Puede causar un ligero incremento en los riesgos cardiovasculares y es probablemente dañino durante el embarazo, aunque tales riesgos son más bajos que los causados por fumar”.
Según puntualiza este estudio, “en Suecia, la cantidad de hombres fumadores descendió del 40 por ciento, en 1976, al 15 por ciento en 2002; en cambio las mujeres fumadores, del 34 por ciento en 1976, sólo bajaron al 20 por ciento en 2002”, diferencia que vinculan con que “una proporción sustancial (30 por ciento) de los hombres ex fumadores usan snus cuando dejan de fumar”. Correlativamente, “las tasas de cáncer de pulmón e infarto de miocardio han caído notablemente más rápido entre los hombres que entre las mujeres y permanecen en niveles bajos en comparación con otros países desarrollados con larga historia de uso del tabaco”.
Concluyen entonces que “la disponibilidad de snus en Suecia parece haber contribuido a las tasas inusualmente bajas de fumadores entre los hombres suecos, al ayudarlos a transferirse a una forma de dependencia a la nicotina claramente menos dañina”.
El snus, sin embargo, está prohibido en la Unión Europea desde 1992, pese a que “otras formas de tabaco de mascar no está prohibidas ni reguladas, siendo altamente tóxicas”, observa el trabajo de los investigadores londinenses y suecos, cuya presentación se enmarca en una movida que se intensificó en los últimos meses para reducir los daños del tabaco promoviendo sustitutos no fumables. Sin embargo, otras entidades especializadas –inclusive la Sociedad Sueca del Cáncer– se han pronunciado en contra del snus, con argumentos como que “el tabaco para no fumar ha sido insuficientemente investigado y es potencialmente dañino”, que “la adicción a formas más seguras de nicotina sigue siendo dañina, para la salud humana” y que esta presentación del tabaco “no disminuye los niveles de adicción a la nicotina”. Entre tanto, las compañías suecas fabricantes de snus lo ofrecen al mundo entero por Internet.
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