Cerca de la medianoche, Guillermo Coppola se acercó a la clínica para intentar saludar a la familia de Maradona. El ex apoderado del astro relató que durante la tarde había ensayado comunicarse con Claudia Villafañe, y que esperó a que se redujera la cantidad de personas que esperaban noticias en la puerta de la clínica para allegarse.
Pero el médico personal de Maradona, Alfredo Cahe, lo atajó en la esquina de Arenales y Pueyrredón y discutió con Coppola sobre la oportunidad de la visita. “Deseo de corazón que se mejore –dijo luego el ex apoderado–. No hay que mezclar los tantos. La familia sabe que puede contar conmigo.”
Cahe lo convenció finalmente de que no era conveniente que ingresara al sanatorio, y Coppola eligió conversar entonces con los movileros destacados. El que sí pudo entrar a verlo fue Carlos Bilardo. “Esta semana estuve con él y lo vi bien. Por eso me sorprendió que le pasara esto. No me lo explico”, puntualizó.