Poco antes de visitar a los padres de Nicolás, Juan Blumberg reapareció de la mano de nuevas denuncias de secuestros: aseguró que “la situación en San Isidro es gravísima”. “Un tiempito atrás hubo un secuestro, el de Malala Del Sel –sostuvo el padre de Axel, sin dificultades en hacer públicos los apellidos de las víctimas–; después hubo otro en Blanco Encalada y Abriata, donde secuestraron a dos chicas de 19 años y se llevaron al vigilador en un express.” Agregó además los casos de “un chico del country San José, de las Lomas de San Isidro, y hay otros tres casos” cuyos datos se los aportaran “las señoras Alicia Señoranci y Marcela Rodríguez Oneto”. Por su lado, el párroco de la Iglesia Nuestra Señora de la Merced, de La Horqueta, a la que se dirigía el joven Garnil con su madre, el domingo pasado, al momento de ser raptado, denunció que los “secuestros son habituales en la zona. Acá hay una inseguridad absoluta”. Beliera dijo que diariamente se registran secuestros de un día, a pesar de que “está repleto de controles policiales. Acá está lleno de Gendarmería, hay personal de vigilancia privada y policías fuera de turno que hacen controles en todas las esquinas. ¿Qué es lo que pasa, entonces? Hay algo que no cierra”.
Viniendo de la boca de un sacerdote, su descripción es lo más semejante a lo que vulgarmente se conoce como zona liberada.