SOCIEDAD
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Pese a todo, la ola sigue
La historia de Myrian Armesto es el tercer caso de expulsión tramitado por el gobierno español desde que comenzó este nuevo flujo de inmigración argentina hacia el extranjero. Los especialistas en políticas migratorias enmarcan estas decisiones entre los controles de frontera impuestos por un Estado decidió a restringir el acceso de extranjeros. En esa línea se inscriben también las modificaciones de la ley de Extranjería española implementadas a lo largo del último año. Sin embargo, los argentinos insisten. España es el único destino que crece entre quienes eligen salir del país vía Ezeiza.
Los números recogidos por la Dirección Nacional de Migraciones en el aeropuerto hasta marzo son un indicador de este fenómeno. Mientras el número global de emigrantes se precipitó en febrero y marzo, España fue el único que siguió disparándose. En enero el saldo entre salida y entrada de pasajeros hacia allí indicaba que unos 4209 no habían vuelto, en febrero ese resultado fue de 2597 y en marzo de 5862.
Esto es así, aunque quienes tienen intenciones de trasladarse comienzan a conocer las dificultades de los argentinos que no encuentran el modo de extender los permisos de trabajo y saben de las trabas para conseguir los papeles de residencia o integrarse en el mercado formal de trabajo. Desde hace unos meses, representantes de las comunidades de argentinos que viven en las distintas regiones de España pusieron en marcha una Asociación de Ayuda Solidaría al Pueblo argentino. Desde ahí hacen frente a las dificultades que crecen entre los recién llegados, sobre todo entre los jóvenes que suelen aterrizar sin estructura y con falta de planificación para la estadía. La red de ayuda, aun casera, suele orientarlos en el empadronamiento y frente al sistema de salud. Aun así no dan abasto.
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