SOCIEDAD
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Por falta de tratamiento
Nélida Arias, la mamá de la víctima, tiene miedo de que ahora al homicida “lo declaren insano y quede sin condena”. Es que los vecinos tenían catalogado a Peña como “un loco”. Un carpintero del barrio, que supo darle trabajo al ex policía, para tenderle una mano, contó a este diario que “a veces (Peña) levantaba perros de la calle, pero después se cansaba de tenerlos y los mataba”. “Esto se sabe porque se encargaba él mismo de comentarlo en el barrio. Estaba loco”, agregó un vendedor de diarios que conocía al policía.
Los padres de Paola se empeñan en recalcar que la chica “no tenía ningún tipo de relación sentimental con Peña”, desmintiendo algunas versiones que se divulgaron. La madre prefiere recordarla cuando participaba en torneos de patinaje artístico, en los que ganó trofeos y medallas. Una historia que quedó trunca en manos de un hombre que tal vez, después de cumplir su pena, debía ser internado en un psiquiátrico.
Hace un tiempo, el psiquiatra Mariano Castex dijo a este diario: “Los jueces, muchas veces, no analizan si la conducta de los autores merece considerarse, no con una pena sino con un tratamiento, para que cuando salgan en libertad no vuelvan a cometer el mismo crimen o alguno peor. Nadie se ocupa de curar”.
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