La vida de George Soros no tiene desperdicio. Nació en Budapest el 12 de agosto de 1930. Es judío, y su padre, Tivadar Soros, era escritor de esperanto, aquel idioma que intentó transformarse en el lenguaje universal. Durante la ocupación nazi de la capital húngara, Soros sobrevivió adoptando una identidad falsa y negociando con divisas en el mercado negro, una habilidad que mucho después le haría inmensamente rico. Después de la guerra, y ya durante la ocupación soviética, Soros escapó a Europa occidental participando en un congreso de esperanto para jóvenes. Huyó a Inglaterra en 1947, donde cursó estudios en el London School of Economics (LSE). En esta prestigiosa universidad británica conoció al que sería su máximo mentor, el filósofo anticomunista Karl Popper, el teórico de la sociedad abierta.
En 1956, Soros emigró a Estados Unidos con lo puesto y amasó una fortuna de casi 6000 millones de dólares basada en la especulación bursátil. En 1992 se ganó el apodo de “El hombre que quebró el Banco de Inglaterra”, después de lanzar una operación contra la libra esterlina hasta sacarla del Sistema Monetario Europeo. Aquel 16 de septiembre de 1992, conocido como el Miércoles Negro, Soros se embolsó alrededor de 1000 millones de dólares. El llegó a ser el paradigma del especulador en los noventa. Es un gran observador e intérprete de las tendencias económicas y políticas, y ha sabido utilizar ese conocimiento para hacer grandes apuestas en los mercados.
Soros fue la mano invisible detrás del movimiento anticomunista en Europa del Este y gastó unos 1000 millones de dólares en reconstruir las ex repúblicas soviéticas. Soros ha dedicado mucha energía y fortuna para intentar evitar que el presidente de EE.UU., George W. Bush, fuera reelegido. No consiguió ganar esa batalla, pero no ha dado por perdida la guerra. Además, Soros es un gran filántropo, es el tercer donante más generoso para causas benéficas del mundo, detrás de Bill Gates, fundador de Microsoft, y Gordon Moore, cofundador de Intel. Ha llegado a donar unos 2800 millones de dólares, el 68 por ciento de su fortuna.
Soros se enfrentó abiertamente al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el año pasado intentó por todos los medios, incluso invirtiendo de su bolsillo más de 20 millones de dólares, impedir la reelección del republicano. No lo logró, pero su férrea oposición a la guerra de Irak y su encendida defensa de mantener el respeto a los derechos humanos y las leyes en la lucha contra el terrorismo le han conferido autoridad para ser invitado a la Conferencia Francisco Fernández Ordóñez, que cuenta con el apoyo de la edición española de Foreign Policy, y para estar en la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad, celebrada en la capital española.