“Queremos un mundo apropiado para nosotros.” “Queremos que se nos tome en cuenta”, sostuvo con voz firme la niña boliviana Gabriela Azurduy Arrieta, de apenas 13 años, cuando enfrentó nada menos que a los representantes de los Estados miembros de la ONU. Su novedosa intervención fue acompañada por los aplausos efusivos del público presente, que escuchó luego los informes de distintos representantes de las delegaciones latinoamericanas, entre ellas la argentina.
Tal como anticipara Página/12 en su edición de ayer, quien se refirió a la situación local fue el titular del Consejo Nacional de la Niñez, Adolescencia y Familia, Norberto Liwsky. En su discurso, Liwsky exigió básicamente “la comprensión y ayuda” de la comunidad mundial en pos de reforzar sus compromisos con el fin de “evitar que los niños y adolescentes argentinos sigan padeciendo las consecuencias de la crisis económica y social que vive el país”. Y detalló que “seis de cada diez niños argentinos crecen y se desarrollan por debajo de la línea de pobreza y cerca de un millón y medio de adolescentes están excluidos de la educación y del trabajo”.