Como un programa detallado para una emergencia, el gobierno porteño distribuyó cuatro páginas entre los directores de las escuelas: “Instrucciones para los directivos de Escuelas Ante Situaciones de Toma por Alumnos”, es el título del texto, al que accedió Página/12. Contiene una guía de instrucciones sobre cómo manejarse: los alumnos que participen de las tomas deben traer “autorización escrita de sus padres”; en caso de que no tengan ese permiso, la dirección deberá comunicarse telefónicamente con los responsables de los alumnos”. Se exige la permanencia de “al menos un adulto durante la toma” y “se alienta que los alumnos que permanezcan en la escuela sean acompañados por sus padres o madres”. También se solicita la elaboración de un acta con la descripción del conflicto, razones y actividades programadas por los alumnos.
Además, se dispone que durante la toma “los alumnos deberán permanecer dentro del edificio” y no podrá ingresar “ninguna persona ajena al establecimiento”.