Ninguno de los prospectos de los medicamentos argentinos con paracetamol, examinados por Página/12, resultó cumplir con los requisitos de la FDA. Por ejemplo, el Tabcín, de Bayer, advierte sobre la ingesta de alcohol pero sólo por “efectos de somnolencia”, sin mencionar la toxicidad hepática. La Buscapina N, de Boehringer, no hace mención del alcohol ni instruye al paciente para evitar el uso de otros productos con la droga. El Paracetamol Forte, de Raffo, refiere las precauciones a casos de úlcera gástrica y no menciona riesgos de sobredosis. Tampoco el Oxagesic, de Beta, menciona los riesgos del alcohol, de la sobredosis o de la combinación de drogas. El Decidex de Roemmers cumple parcialmente al aclarar que “es conveniente no ingerir alcohol” y advertir de un “daño hepático grave” por sobredosis, pero pone el límite en diez gramos diarios.
En Estados Unidos, en respuesta a las recomendaciones de la FDA y de organizaciones no gubernamentales, McNeil Consumer Products, fabricante de Tylenol, agregó voluntariamente un “Alcohol warning” en los envases: “Para este y todos los analgésicos, incluyendo aspirina, ibuprofeno, ketoprofeno y naproxeno: si usted suele consumir tres o más drinks (vasos de vino; medidas de whisky) por día, debe solicitar asesoramiento médico antes de tomar analgésicos”.