SOCIEDAD
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“Decirlo fue liberador”
“Me cambié de escuela porque me quedé sin amigos. En el momento que más los necesité, se fueron”, dice Nati y recuerda el momento en que eligió su nuevo colegio para empezar como Nati y que nadie supiera que era varón. No es poca cosa. El colegio la recibió con su identidad legal para cursar hasta que se defina la Justicia, y en la práctica la contiene como alumna. “Elegí esta escuela porque quería que me permitieran ir a gimnasia con las chicas. En la otra escuela me asociaban con algo que yo no soy. No soy un varón afeminado. Soy una mujer que nació en un cuerpo equivocado.” “Yo veía un programa en la tele (no quiso mencionar su nombre) y había una chica que era un chico. No era el mismo caso, pero se le aparecía el mismo problema: ella quería ser aceptada por los demás. Nada más que eso. Esa era su lucha y yo la veía y me parecía que yo tenía que hacer lo mismo. Después de que se lo dije a mis padres me pareció algo liberador.” Alicia, su madre, recuerda el momento con angustia. “No lloro de tristeza”, dice, “pero a veces me cuesta. Yo tengo que pensar que tuve cuatro hijos y uno se murió, hice el duelo, pero todavía me angustia.”
Nota madre
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