Un avión de Aerolíneas-Austral, con 148 pasajeros a bordo, tuvo que realizar ayer un descenso de emergencia en el Aeropuerto de Ezeiza, luego de un despegue accidentado durante el cual estalló el neumático delantero izquierdo del tren de aterrizaje de nariz. La aeronave, que se dirigía a El Calafate, provincia de Santa Cruz, estuvo más de dos horas sobrevolando la estación aérea, con el propósito de quemar combustible y estar en condiciones para hacer la maniobra de emergencia. El vuelo 2892, que había salido a las 14.10, volvió a tocar pista a las 16.52, y gracias a la pericia del piloto, todo fue prácticamente normal.
La decisión de no intentar el descenso en El Calafate se debió a que Ezeiza cuenta con mejores condiciones de seguridad para un caso como éste. El pasaje “salió sano y salvo”, hizo saber el vocero de la Fuerza Aérea, comodoro Guillermo Lozada. El incidente ocurrió en coincidencia con el paro que realizan pilotos y técnicos de la empresa, quienes deslindaron toda responsabilidad en relación con el problema ocurrido.
El problema se produjo al despegar, cuando los pilotos escucharon una explosión y advirtieron que se había reventado el neumático delantero izquierdo del tren de aterrizaje, motivo por el cual tuvieron que declararse en emergencia. Luego de dar muchas vueltas en torno del aeropuerto, el aterrizaje se hizo en la pista de emergencias. El Plan de Contingencia que se puso en marcha en la estación aérea, contó con la participación de ambulancias y autobombas de bomberos de la Fuerza Aérea, pero finalmente no fue necesario evacuar a los pasajeros, que descendieron sin inconvenientes y como es habitual, por la escalerilla del avión.
El incidente ocurrió en el marco de una medida de fuerza que realizan los pilotos y técnicos de Aerolíneas Argentinas (ver aparte). Juan Papalardo, secretario gremial de la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA), declaró que el gremio “deslinda responsabilidades ya que el mantenimiento lo efectúa personal jerárquico de la empresa”.