“Gerardo quería terminar la secundaria, quería casarse y tener un hijo para que yo sea una abuela joven”, recuerda Verónica Barberán. Su hijo, de 20 años, fue asesinado de un disparo en la nuca, efectuado a corta distancia por un suboficial de la Policía Bonaerense, hace tres años, en Valentín Alsina, partido de Lanús. Ayer comenzó el juicio oral y público, y los padres del joven esperan la condena máxima para Víctor Hugo Filippon, el policía exonerado que efectuó el disparo. La causa fue caratulada como homicidio simple y tiene penas de 8 a 25 años en prisión.

El juicio, previsto para las 9, se inició a las 14 en los Tribunales de Lomas de Zamora. La familia de Gerardo estaba acompañada por una decena de madres cuyos hijos fueron víctimas de casos de gatillo fácil y de mala praxis. “Es un asesino suelto, no lo pueden dejar volver a su casa”, dijo Verónica a Página/12. Es que el acusado llega al juicio oral en libertad, pese a haber estado cuatro meses prófugo.

El hecho ocurrió el 20 de enero de 2003. “Gerardo había salido a divertirse a la noche y al otro día no regresó. Esperé hasta el mediodía recorrí con mi marido los hospitales de la zona y las comisarías. En todos los lugares me dijeron que no había nada”, relató la madre.

Filippon, en ese entonces sargento primero de la comisaría 1º de Avellaneda, dio su versión en la causa: “Dijo que esa madrugada, a las 2, desde la ventana del primer piso de su casa vio a tres hombres que le querían robar su auto. Uno estaba dentro del vehículo, otro apoyado y un tercero cerca. Entonces tomó su arma y les gritó ‘¿Qué hacen ahí?’. Dos de los jóvenes salieron corriendo. El tercero recibió el balazo, que Filippon atribuye a un piedrazo que le pegó en el brazo y le hizo disparar el arma”, relató la encargada de prensa del Ministerio Público Fiscal, Mariana Del Río a este diario.

Después de unos meses, el policía, único imputado en la causa, fue exonerado. “Las pericias fueron determinantes: el disparo fue a menos de 70 centímetros, entró por la nuca y salió por la frente”, indicó Del Río.

Verónica está convencida de que su hijo “fue fusilado”. El imputado “estuvo prófugo 4 meses y después fue detenido en Mar del Plata al presentarse espontáneamente a declarar. Por eso el juez de Garantías le otorgó la libertad”, explicó Del Río.

Gerardo no tenía antecedentes penales. Sobre el supuesto intento de robo del auto del policía, explicó Del Río, “hubo una pericia técnica que mostró que la puerta del vehículo se encontraba violentada”.

El abogado de la familia Barberán, Miguel Iluchko, se quejó porque recién el martes de esta semana se enteró del cambio de dos jueces que están de licencia, “cuando la ley estipula que tienen que notificar a la familia con más anticipación”.

Luego de la pérdida de su hijo, la familia Barberán estuvo un año con custodia policial por las amenazas recibidas. “Me revolvieron la tumba de mi hijo. En otra ocasión me tiraron quince cabezas de cordero en la puerta de mi casa. Tuvimos amenazas telefónicas que me decían: cortala con Filippon”. Verónica hizo las denuncias pero no tiene miedo. Ahora sólo queda esperar. “Yo cuido a mis hijos y voy a seguir esto hasta las últimas consecuencias”.